Sorprendentemente, a cada paso, nos encontramos con ejemplos centenarios del uso magistral de la técnica de piedra seca, una herencia que nuestros antepasados dejaron grabada en el paisaje.
Un Muro que Domina el Río: Ingeniería Ancestral al Servicio de la Tierra:
En el cauce medio del río, una construcción llama poderosamente la atención: un muro transversal que evidencia el paso del tiempo, pero que aún conserva su función primigenia. Los vecinos de la zona relatan que este muro, estratégicamente ubicado en una curva del río, servía para evitar que las crecidas inundaran las fértiles fincas circundantes.
Contención y Protección:
Este muro, construido con piedras cuidadosamente encajadas, demuestra un profundo conocimiento de la hidráulica y la topografía local. Su función primordial era proteger las tierras de cultivo de las inundaciones, garantizando la subsistencia de la comunidad.
La humedad constante del valle ha convertido este muro en un lienzo natural, donde la vegetación ha creado un tapiz verde que suaviza su aspecto rústico. La naturaleza, con su poder regenerador, ha integrado esta construcción humana en el paisaje, creando una simbiosis perfecta.
El río Donsal y su entorno se convierten así en un museo al aire libre, donde la técnica de piedra seca se manifiesta en muros de casas, molinos, marcos de fincas y canalizaciones de agua. Cada piedra, cuidadosamente colocada, cuenta una historia de adaptación y supervivencia.
Recorrer el camino del río Donsal practicando Nordic Walking permite apreciar la belleza del paisaje y la riqueza histórica de sus construcciones. Los bastones de Nordic Walking facilitan el recorrido, permitiendo disfrutar plenamente de la experiencia.
El río Donsal nos invita a un viaje al pasado, donde la técnica de piedra seca se revela como un legado invaluable de nuestros ancestros. Un legado que merece ser preservado y admirado.