Un respiro llano entre pinos y aldeas: los ‘walkers’ de Lugo disfrutan del Río Narla costumbrados a desafiar cortafuegos y cumbres, los aficionados al ‘nordic walking’ encuentran en las sendas del Narla un remanso de belleza natural y un terreno amable para nuestros bastones en la Reserva de la Biosferra Terras do Miño
Para las practicantes del ‘nordic walking’ de Lugo, habituadas a las exigentes pendientes de los cortafuegos y las desafiantes alturas de las montañas circundantes, la invitación a recorrer las sendas del Río Narla se presentaba como un paréntesis placentero. Y así fue. En una jornada marcada por la suave brisa y el aroma inconfundible de los pinares, un grupo de entusiastas de esta disciplina deportiva se adentró en los caminos que bordean el Narla, descubriendo un paisaje de serena belleza y un terreno sorprendentemente llano bajo sus pies.
Lejos de las empinadas cuestas que suelen marcar sus rutas, los ‘walkers’ disfrutaron de un paseo relajado a través de senderos cubiertos de agujas de pino, una alfombra natural que amortiguaba el ritmo constante de sus bastones. El camino serpenteaba entre frondosos pinares, ofreciendo destellos de luz que se filtraban entre las ramas y creando un ambiente de calma y conexión con la naturaleza.
La ruta no solo regaló un terreno amable a sus piernas, sino también la oportunidad de descubrir la belleza singular de las aldeas que salpican la zona. Las casas de piedra, testigos silenciosos del paso del tiempo, se integraban armoniosamente en el paisaje, añadiendo un toque de encanto rural al recorrido. Cada rincón invitaba a detener la marcha y contemplar la arquitectura tradicional gallega, con sus muros robustos y sus tejados de pizarra.
Al alcanzar el área recreativa del Narla, los caminantes se encontraron con la estampa habitual de este enclave natural: una belleza que invita al descanso y a la contemplación. El río Narla, fiel a su nombre, descendía con un murmullo constante, su agua fresca y cristalina reflejando los colores del cielo y la vegetación circundante. El sonido del agua, como una melodía natural, acompañó a los ‘walkers’ en su recorrido.
Sin embargo, la experiencia no estuvo exenta de una importante advertencia. La fuente que antaño ofrecía un respiro y un trago de agua fresca a los caminantes se encontraba clausurada. Un recordatorio crucial para quienes se aventuren por estas sendas: es imprescindible llevar suficiente agua para mantenerse hidratado durante la caminata.
A pesar de este detalle, la jornada en las sendas del Río Narla se convirtió en una experiencia gratificante para los ‘walkers’ de Lugo. Un respiro bienvenido en su calendario de desafíos montañeros, una oportunidad para disfrutar de la belleza de su entorno más cercano y para constatar que, incluso en un terreno llano, la pasión por el ‘nordic walking’ sigue intacta.
ACTIVIDAD SUBVENCIONADA POR LA Excma. DIPUTACION DE LUGO. ÁREA DE MEDIO AMBIENTE .
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